domingo, 17 de febrero de 2008

CAPÍTULO XI: El despertar

5 comentarios:

Nicole dijo...

Bueno, no sé cómo describir mis sentimientos sobre esta parte de la novela. Decir que no veo la hora de saber la forma de la cual las cosas ocurrirán en el futuro de la novela no es una declaración suficiente fuerte para explicar todo lo que siento. Es que, estoy completamente embelesada por lo que está ocurriendo. Esta reintroducción de Esteban García es un reflejo del estilo circular de Isabel Allende, y ahora estoy segura de que él será importantísimo en el resto de la novela.

Pero primero debo hablar de Alba. Es muy creíble que sus sentimientos por Miguel le harían hacer cosas (como revolucionar y luchar por la causa de los trabajadores) que por supuesto no haría sin la influencia de Miguel. Allende representa muy claramente el conflicto interno de Alba: ¿hace lo que quiere, o hace lo que piensa que Miguel quiera? El hecho de que la situación empeora rápidamente nos muestra que siempre debemos hacer lo que queremos, aunque estámos tratando de tener buena impresión en otra persona. Cuando hacemos lo que nuestros corazones nos dicen, todo va bien. No debemos cambiar nuestra identidad para atraer a otra persona.

Y la cosa más interesante de esta sección en mi opinión es la reintroducción de Esteban García. No puedo explicar el asco que siento hacia él; es como si todas las partes negativas de la personalidad de Esteban Trueba (la violencia, la sexualidad repugnante) fueran combinadas y depositadas en una persona, que irónicamente tiene su nombre. Puedo expresar mi asco más completamente cuando nos reunimos mañana...

Jorge dijo...

¡AY DIOS SANTO!

Nicole dijo...

Tantas cosas interesantes, sorprendentes, e muy intrigantes están ocurriendo en estas partes finales de la novela. Parece que Allende está tratando de reintroducir todos los personajes de los cuales hemos olvidado, lo que me fascina. Otra vez, Allende usa los acontecimientos de la novela para reintroducir un personaje de muchos años atrás en lo que está ocurriendo en este momento. Me gusta esta forma de escribir porque hay muchas sorpresas, lo que no ocurre hoy en día con las películas y programas de televisión que vemos; en éstos, yo puedo adivinar casi cada cosa que ocurrirá desde el principio del programa, entonces es un cambio estimulante leer una novela que me sorpresa tantas veces. De verdad, Allende es una escritora magnífica, y es increíble que ésta fuera su primera novela. Otra cosa de la cual Jorge y yo estábamos hablando fue nuestro gusto del paso al cual nosotros estámos leyendo esta novela; es que al leer tan lentamente, podemos olvidarnos de algunos personajes, entonces es gran sorpresa cuando Allende los reintroduce.

Me gusta esta parte de la novela no por las sorpresas (aunque me gustó mucho la gran sorpresa de Amanda), sino por el romanticismo que domina la relación entre Miguel y Alba. Allende describe su impaciencia perfectamente; yo sentí como si fuera en ese momento con ellos, con los mismos sentimientos de deseo y pasión. Esperan el momento de hacer al amor con “corazón ansioso” (346) y experimentan una “mágica atracción” (347). Las descripciones en las páginas 346, 347, y 348 son bellísimas, y mi corazón me dio un vuelco a leer oraciones tan románticas como “La impaciencia del amor era a veces intolerable,” y mi favorita, “Se abrazaron con la desesperación de una despedida” (348). Allende sabe escribir del amor.

Pero después de este amor tan fuerte, Allende cambia del foco para concentrarse en cosas más tristes, como la revolución y la enfermedad de Amanda. Me parece interesante las opiniones diferentes de Miguel y Jaime sobre la revolución: para Jaime es algo que ocurre por la votación popular, mientras Miguel la ve como violencia. Esta diferencia muestra los dos puntos de vista muy comunes sobre la revolución: hay el punto de vista más tradicional (de Jaime) y el más radical (de Miguel). Hablando de Jaime, él tiene amigos muy revolucionarios, lo que a Esteban no le gustaría para nada. Es amigo de Pedro Tercero García, y también, como sabemos en esta parte, es amigo del “Candidato” del partido socialista. Demuestra su necesidad de no ser como su padre, lo que muchos hijos experimentan.

Y por fin, Amanda reaparece en la historia. De verdad, está en una situación muy triste, y me pregunto si su vida sería diferente si hubiera aceptado el amor de Jaime y casado con él. Por supuesto, no habría experimentado este “abandono, los años de miseria, los amores frustrados y el terrible camino que esa mujer había recorrido hasta llegar al punto de desesperanza donde se encontraba” (355). Debe haber ido con Jaime...

Jorge dijo...

Primero, noté que vemos quizás la realidad de lo que es la casa de los espíritus. Cuando Alba dice “Si las empleadas oyen ruidos, creerán que han vuelto los fantasmas,” está refiriéndose a dos niveles de interpretación. Encima de todo, por supuesto, hay algo un poco supersticioso. Pero debajo de eso, vemos que lo supersticioso tiene algo que ver con el pasado de esa casa que es formado de un millón de personas y experiencias interesantes. No tengo mucho que decir sobre el paraíso subterráneo de los amantes, pero parece que igual como su madre Blanca, Alba tiene un amor para los revolucionarios. Estaba pensando que íbamos a ver a Pedro hacer algo de la revolución, y me sorprende que Allende no haya introducido a Pedro y Miguel. Debe hacerlo—combinar esos esfuerzos sería...interesante.

A pesar de su reconciliación, Miguel parece demasiado inflexible sobre lo que piensa es la realidad de la persona de Alba. En la página 349, dice “A eso no se va por amor, sino por convicción política y tú no la tienes.” Esto es un poco descortés hacia su amante; aunque ella no podía soportar vivir en ese edificio con los estudiantes, no merece oír algo así.

No me sorprende que Jaime sea (¿es?) lo único que sabe de Miguel. Como la entre Blanca y Pedro, la relación entre Alba y Miguel sería malamente recibida en la casa de los Trueba. A veces (mucho), confundo a Blanca y Alba y pienso “¿Por qué está Alba con otro hombre?”

También creo que es interesante ver como han crecido Jaime y Alba, y que ahora son como padre e hija (quizás la que nunca tenía/tendrá Jaime). También, Jaime está actuando como el padre que nunca tenía Alba. Él es el único que sabe de la existencia de Miguel, lo que me dice algo del nivel de confianza que Alba tiene en Jaime. Me gusta que se hagan amigos, pero será muy interesante ver como desarrolla esta amistad. También, no esperaba ver a Amanda otra vez; en estas instancias, vemos la belleza de la escritura de Allende. Había casi olvidado de Amanda cuando de repente aparece otra vez. ¿Creen ustedes que a Miguel le gustará la relación anterior entre su hermana y el doctor de ella? ¿Afectará esta situación la ayuda que puede proveer él? Amanda siempre me pareció ser una persona bastante respetable. Antes, nunca pensaría en la posibilidad de algo como esto pasando, pero no tenemos que esperar tanto para tener las respuestas a todas nuestras preguntas...

Juan David dijo...

Por que " El Despertar"?